Celebrar a Santa Cecilia es recordar que la música es un lenguaje universal que exige dedicación y ofrece a cambio una sensibilidad única. Es un día para honrar el talento y para inspirar a las nuevas generaciones a seguir cultivando este arte esencial para el espíritu.
Celebrar a Santa Cecilia es abrir el corazón a la armonía que une a todos los pueblos, recordando que la música es un lenguaje que nace del alma y llega donde las palabras no alcanzan.
Estos días son una oportunidad para agradecer los dones de quienes hacen música con pasión y entrega y para inspirar a las nuevas generaciones a seguir cultivando este arte que ennoblece el espíritu y alegra la vida.
Porque cada nota, cada melodía y cada voz que se eleva con amor se convierte en una oración que une el cielo y la tierra.
